¿Quién le toma la palabra a Luis Abinader?


Antoliano Peralta
Luis Abinader ha propuesto a la comunidad política y a la sociedad dominicana en general “ un gran acuerdo para rescatar la institucionalidad” para lo cual considera indispensable enfrentar y eliminar la corrupción y la impunidad.
Dijo ante un selecto público compuesto por directores de medios de comunicación, que había que partir de la existencia de un círculo vicioso de la corrupción que se inicia con el hecho de que un candidato busca fondos para sustentar su campaña recibe dinero de personas inescrupulosas que aportan sumas elevadas con el propósito de conseguir favores posteriores del candidato si obtuviera la plaza política que aspira. Por tanto estos políticos que recibieron aportes bajo esa inicua condición cuando ocupan funciones públicas, retribuyen a sus aportantes con dineros del patrimonio público. Al no ser sancionados estos hechos se consolida el fenómeno de la impunidad.
Luis ha ofrecido estadísticas muy crudas sobre la situación de la corrupción y la impunidad en República Dominicana, tan crudas que asustan. Se refiere en su propuesta a indicadores como el Índice de Percepción de la Corrupción que constituye uno de los ejes de estrategia nacional de desarrollo y que mide qué tan corrupto entienden las personas que es el Estado. Conforme a éste y otros sistemas de medición, nuestro país anda muy mal en el tema corrupción afianzándose cada más la realidad de que en los asuntos positivos estamos en los últimos lugares y en los negativos somos los primeros.
La propuesta de Abinader es oportuna no importa de dónde provenga. El liderazgo nacional debe tomarle la apalabra al dirigente político y a sentarse a discutir este gran acuerdo que convierta el circulo vicioso en un circulo virtuoso como sugiere Luis en su exposición.
La política dominicana necesitaba, hace tiempo, de propuestas concretas para resolver los principales problemas nacionales. Falta que los líderes políticos religiosos, empresariales y sociales le tomen la palabra al proponente y pasen a la acción. Esta es una nueva y positiva forma de actuar en política.