Espejo de Papel: De sopetón


Por Homero Figueroa

Homero Figueroa
El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones y, no cabe duda, que no faltan en la decisión de cambiar los uniformes escolares; pero la gracia de unos puede ser la desgracia de otros.
Las diferentes organizaciones que aglutina a la industria de la confección textil señalan los efectos negativos colaterales de un cambio brusco.
Los industriales indican que tendrán que invertir millones en nuevas maquinarias y posiblemente también muchos operarios perderían su trabajo.
La preocupación es razonable; además, la fiebre de la mala calidad de la educación no está en los uniformes. El cambio, gradual.
No de sopetón.
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